27 abril 2014

Un poema de Vasco Graça Moura (1942-2014)

CAMPOSANTO EN LEÇA DE PALMEIRA

mi padre está en leça de palmeira, junto al faro de boa nova,
en un cementerio azotado por el viento del norte y el olor de la marea,
no lejos de las mejores cosas de siza vieira y de los lugares de antónio nobre,
no lejos de la petrogalp y de sus grandes cilindros metálicos,
no lejos del lugar donde nació, en una casa más tarde demolida para las obras de leixões

cuando él era pequeño, un día mécia de sena trajo una fotografía,
cedida por un amigo común, de una hilera de casas junto al mar.
me hice una idea de la casa de mis abuelos en la leça de finales de siglo
y de cómo el mundo es aún más pequeño de lo que uno se imagina.
ahora mi padre sólo escucha el bordón de la sirena y las bocinas de la niebla,

y le pasa por encima, en cadencia regular, una antorcha de luz que rasga la noche.
ahora ya no ve a las bañistas meneándose entre el sol, la arena y el agua,
ni dice “mira, aquella qué potable está” con una risa que siempre irritaba a mi madre.
ahora tengo yo la integral de balzac que se pasó la vida leyendo,
y me impresiona profundamente que él esté allí sin libros, sin eça, sin nosotros.

mi padre vivía allí cerca. en el silencio de las lunas ya no se sabe dónde estaba su casa.
nosotros pasamos los días de costumbre a dejarle flores y algún recogimiento,
o quizás uno de nosotros dice “fui con madre al cementerio”, sin pronunciar su nombre.
y no es una tachadura, es una señal más fuerte que perturba la densidad de las palabras,
porque mi padre tenía los ojos muy azules, y ese color a veces está allí, en el mar


 (De O Concerto Campestre; traducción: LMM)

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