Un hombre entra en el número 39 de una calle y pregunta por Sánchez. El portero le dice que allí no vive ningún Sánchez, pero que, por si acaso, pregunte en el número 41. Pregunta al portero del 41 y éste le contesta que, sin duda, el portero del 39 se ha equivocado, ya que le suena haber oído que Sánchez vive en el 39. El hombre vuelve al 39 e interroga de nuevo al portero. “Espere un momento”, le contesta el portero, mientras se dirige a una habitación contigua. Al momento, vuelve con una pistola en la mano y le descerraja varios tiros a quemarropa. El reportero tituló la crónica: “Lo mata por preguntón”.
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