CUARTA MAÑANA
Un ángulo de la tierra frente a mí
con el vértice en mi mirada.
Ora junta en los montes
ora plana en los valles
sigue de esta forma la tierra hasta el mar
y antes incluso de llegar allí
la propia tierra parece ya el mar.
La luz del día muestra la naturaleza
y mis ojos ven.
Mi imaginación insufla el hálito a la naturaleza
y la colorea completándola con el resto de la esfera
lo que más allá del ángulo de la tierra faltaba.
Mis ojos veían no sólo el paisaje
también la tierra entera en su verdadera dimensión,
no como pueden verla los ojos
sino con los raseros
de la imaginación.
Y más que su propia grandeza
veía también,
veía con los ojos de la imaginación
todas las edades de la tierra
en todo su trascurso.
Todo comenzaba allí, al principio,
en un punto:
un simple punto sin dimensión
del cual partían después todas las líneas
todos los ángulos, conos y sectores
de una esfera infinita
de la cual la tierra era simple reproducción,
yo una simple reproducción de la tierra.
Desde el punto inicial hasta mí
sólo una línea
y hoy no pertenece
más que a mí.
En el punto inicial nacieron todos los destinos, incluso los destinos sin dueño.
Nunca perdí mi tiempo en el misterio de los otros,
incluso cuando nuestras vidas se crucen.
No son nuestras vidas actuales las que se comunican,
lo sé,
pero sí nuestros misterios los que dialogan.
Acabo apenas de llegar al umbral de mi misterio.
Tuve que inventarme un genio discretísimo
para escapar a través de los siglos de la mecánica de las actualidades.
Para llegar hasta mis pensamientos,
a mis pensamiento sólo míos,
¡tuve que dar muchas vueltas innobles!
Mas hasta que llegué aquí
a esto que buscaba
que el el principio de mí.
Desde el punto inicial
todo comenzó para mí
y pasados los siglos de los siglos
hoy voy exactamente en mí.
1915-1935
Traducción: Luis María Marina
El texto portugués procede de la edición de los poemas de Almada Negreiros de Fernando Cabral Martins, Luis Manuel Gaspar y Mariana Pinto dos Santos (José de Almada Negreiros, Poemas, Assírio y Alvim, 2° edición corregida, Lisboa, 2005).
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