31 enero 2013

Un poema de Ruy Duarte de Carvalho

Poeta original, difícil, nunca complaciente (ni con el lector ni consigo mismo), su obra poética, reunida en su mayor parte (1970-2000) en Lavra, es una de las más complejas, en tonos, registros y aspiraciones, de la poesía contemporánea escrita en portugués. Aunque nacido en Portugal, la vida y la obra de Duarte de Carvalho están estrechamente ligadas a Angola, donde trabajará sucesivamente como ingeniero agrónomo, profesor universitario y realizador en la Televisión Popular de Angola. Su enorme fuerza creadora desborda la poesía para alcanzar otros géneros, en particular el ensayo (principalmente antropológico) y el cine (principalmente documental). Este poema que aquí se traduce, “Llagas de salitre”, resume a modo de programa el malestar fundador de su poesía y su manera de estar en el mundo. Un malestar (creador) compartido por buena parte de los poetas ligados a las que fueran colonias portuguesas: los Lacerda, Knopfli, Cinatti, Pitta,…

 

 

 

Llagas de salitre

 

Mírame este país desmoronándose

en llagas de salitre

y los muros, negros, de los fuertes

roídos por el vegetar

de la orina y el sudor

de la carne virgen mandada

a cavar glorias y grandeza

del otro lado del mar.

 

Mírame la historia de un país perdido:

mareas descendentes de gente amordazada,

la ingenua tolerancia aprovechada

en carne. Pregunta al mar,

que es manso y acaricia aún

la misma vieja costa erosionada.

 

Mírame las brutas construcciones cuadradas:

embarcaderos, depósitos de gente.

Mírame los ríos renovados de cadáveres,

los ríos turbios del espeso deslizar

de los brazos y de las madres de mi país.

 

Mírame las iglesias restauradas

sobre ruinas de la propagada fe:

paredes blancas de un urgente brío

escondiendo hierros para educar gentío.

 

Mírame la noche heredada, en estos ojos

de un pueblo condenado a amasarte el pan.

 

Mírame, amor, atenta podrás ver

una historia de piedra construyéndose

sobre una historia muerta que se desmorona

en llagas de salitre.

 

(De A decisao da idade, Sá da Costa, 1977)

Trad.: Luis María Marina

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