Unos pocos días en Madrid dan para mucho. También para seguir buscando el alma de México. Como antes lo hicieron, a vuela memoria, Ruiz de Alarcón, Nervo, Reyes, Paz y Martín Luis Guzmán; Rivera, Alfaro Siqueiros y el Dr. Atl, …
“Once the dust of Mexico settled on your heart, you have no rest in any other land” reza, según Anita Brenner, el dicho popular que uno no ha oído nunca, pero que hace suyo, y repite, asintiendo, para sus adentros: “Once the dust …”.
Primera parada: la luz. La alquimia de estos amaneceres fríos del primer invierno, los mejores días de la meseta castellana, someten la luz a un extraño proceso de rarefacción que casi la vuelve transparente. Vislumbra entonces, como un regalo demorado de la memoria, aquella luz, la de la región media, la más transparente, del aire.
Segunda parada: sede del Cervantes en la calle Alcalá. Disfruta ojeando a través de los vidrios cada uno de los títulos de la espléndida exposición México Ilustrado: libros, revistas y carteles, 1920 – 1950. Se exhiben ahí todos los libros que uno ha estado buscando durante cuatro años por los lances de la ciudad de México y que, antes que él, han buscado, con más éxito, los hermanos Reverté, bibliófilos y directores de la editorial RM, mexicanos y españoles de ida y vuelta, empeñados en que podamos leer en sus páginas a Rulfo, y ver en sus obras a Posada, a Barragán, a Covarrubias, a Revueltas, al propio Rulfo (sus fotografías oaxaqueñas).
Tercera parada: comida y conversación con Lino y Martín, amigos que de manera directa o indirecta México nos ha heredado. Primero en un restaurantito de hospitalidad asturiana en Antón Martín, calle Verónica. Más tarde en Vaso Roto, editorial que va y viene entre México y España de las manos y el buen criterio editorial de Martín López-Vega y Jeanette Clarion. Discutimos sobre la universalidad de López Velarde, como antes hemos discutido sobre la particularidad de Pessoa. Y decidimos posponer el desacuerdo, en el que somos gozosos, hasta nuevo aviso.
Cuarta y última parada: Martín y Lino me encaminan a La Central del Reina Sofía que, en estos cuatro años de ausencia, se ha convertido en espacio mítico. En uno de las mesas de la sección de arte te observa con sus ilustraciones de portada abiertas como ojos The sun, the idea & Story without words, de Frans Masereel. En las páginas de las tres novelas en imágenes que tanto influyen en la gráfica mexicana contemporánea se cierra el círculo de estos días. Un bucle que nos resistimos a abandonar. En Madrid como en México: en México como en Madrid.
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