Unas pocas semanas atrás, en una tienda de cedés que quién sabe por qué extrañas inercias sobrevive en la Gran Vía de Colón de Granada, compré "Casals, a portrait for radio by Glenn Gould". Solícita, la dependienta me preguntó si sabía que lo que estaba comprando no era música, sino solo palabras. Yo que sí, que sabía. Hoy lo escucho. En su voz engolada, teatral, Gould, el reputado eremita, dice admirar, por encima de todo, al Casals humanista: "Casals combined that which was most beautiful in man's life, with that which is more honourable; in him there were inseparable human decency and human joy". Human decency and human joy. ¿Cuándo hemos dejado de escuchar a los maestros?
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