Siempre he pensado que la amistad no es accesoria a la tarea de la escritura, sino elemento que habita en su mismo centro. “El encantamiento”, la antología de Lacerda, surgió de la amistad con Luís Amorim de Sousa, y además me regaló a otro amigo, Elías Moro, quien ha tenido la gentileza, él que domina este género como pocos, de publicar en su blog algunos aforismos de mis “Caminos errados”.
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